SEGUNDO DÍA
Sigamos orando con amor y profunda fe en este segundo día de la novena para que nuestras plegarias sirvan como bálsamo a las almas de nuestros seres queridos, que necesitan consuelo y descanso. Te invitamos a continuar con la meditación de cada día, no sin antes disponer tu alma, corazón y mente.
Comencemos…
En el Nombre del Padre del Hijo y del Espíritu Santo Amén.
Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos, líbranos, Señor, Dios nuestro. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
ACTO DE CONTRICCIÓN
Jesús mi Señor y redentor, yo me arrepiento de todos los pecados que he cometido hasta hoy, y me pesa de todo corazón, porque con ellos he ofendido a un Dios tan bueno.
Propongo firmemente no volver a pecar y confío que por tu infinita misericordia, me haz de conceder el perdón de mis culpas y has de llevar a la vida eterna.
Amén.
CONSIDERACIÓN DEL SEGUNDO DÍA
Señor mío Jesucristo, que eres cabeza de todos tus fieles cristianos que en ti nos unimos como miembros de un mismo cuerpo que es la Iglesia: te suplicamos nos unas más y más contigo, que nuestras oraciones y sufragios de buenas obras aprovechen a las ánimas de nuestros hermanos del purgatorio, para que lleguen pronto a unirse a sus hermanos del cielo.
Oración para todos los días de la novena
Señor Dios, Rey Omnipotente: en tus manos están puestas todas las cosas. Si quieres salvar a tu pueblo, nadie puede resistir a tu voluntad. Tú hiciste el cielo y la tierra y todo en cuanto en ello se contiene.
Tú eres el dueño de todas las cosas. ¿Quién podrá, pues, resistir a tu Majestad? Señor, Dios de nuestros padres, ten misericordia de tú pueblo porque los enemigos del alma quieren perdernos y las dificultades que se nos presentan son muy grandes. Tú has dicho: “Pidan y se les dará.
El que pide recibe. Todo lo que pidan al Padre en mi nombre se les concederá. Pero pidan con Fe”. Escucha pues nuestras oraciones. Perdona nuestras culpas. Aleja de nosotros los castigos que merecemos y haz que nuestro llanto se convierta en alegría, para que viviendo alabemos tu Santo Nombre y continuemos alabándolo en el cielo.
Oración por los difuntos
Padre eterno, yo te ofrezco la preciosísima sangre de tu Divino Hijo Jesús, en unión con las Misas celebradas hoy día a través del mundo por todas las benditas ánimas del purgatorio por todos los pecadores del mundo.
Por los pecadores en la iglesia universal, por aquellos en propia casa y dentro de mi familia.
Padre misericordioso, en unión con la Iglesia Triunfante en el cielo, te suplico tengas piedad de las almas del Purgatorio. Recuerda tu eterno amor por ellas y muéstrales los infinitos méritos de tu amado Hijo. Dígnate librarles de penas y dolores para que pronto gocen de paz y felicidad. Dios, Padre celestial, te doy gracias por el don de perseverancia que has concedido a las almas de los fieles difuntos.
Amable Salvador, Jesucristo. Eres el Rey de reyes en el país de la dicha. Te pido que por tu misericordia oigas mi oración y liberes las almas del Purgatorio, en particular la de (nombre del difunto), llévalas de la prisión de las tinieblas a la luz y libertad de los hijos de Dios en el Reino de tu gloria. Amable Salvador, te doy gracias por haber redimido las pobres almas con tu preciosísima Sangre, salvándoles de la muerte eterna. Amén
Dios Espíritu Santo, enciende en mí el fuego de tu divino amor. Aviva mi fe y confianza, acepta benignamente las oraciones que te ofrezco por las almas que sufren en el Purgatorio. Quiero aplicar los méritos de esta devoción en favor de toda la Iglesia Sufriente y en especial por mis difuntos padres, hermanos, hermanas, bienhechores, parientes y amigos. Atiende mi plegaria para que podamos reunirnos en el Reino de tu gloria.
Dios Espíritu Santo, te doy gracias por todos los beneficios con que has santificado, fortalecido y aliviado a estas benditas almas y en especial por consolarlas en los actuales sufrimientos con la certeza de la felicidad eterna. Que pronto se unan contigo y oigan aquellas benditas palabras que las llaman al hogar del Cielo: «¡Vengan, los Bendecidos por mi Padre! Tomen posesión del Reino que ha sido preparado para ustedes desde el principio del mundo» (Mt 25, 34).
Oración final
TE ROGAMOS SEÑOR, por la intercesión de los Santos Ángeles y de todos los Santos especialmente de aquellos Santos que son más de nuestra devoción, que no recaiga sobre el alma de (Nombre del difunto/a), la severidad de tu juicio, sino más bien logré disfrutar muy pronto del premio eterno de tu reino, y así como en esta tierra imitó a Jesucristo en el sufrimiento, lo imite también y lo acompañe para siempre en el gozo de la vida eterna, donde todos nosotros esperamos encontrarnos un día con todos tus fieles difuntos para hacerle compañía por los siglos de los siglos, Amén.
Todos: En Dios pongo mi esperanza y confío en su palabra.
Dales, Señor, el descanso eterno(3). Brille para ellos la luz perpetua.