En la vida diaria, el poder de la oración nos brinda la oportunidad de conectarnos con lo divino y encontrar consuelo en nuestro camino espiritual. Al ofrecer nuestras oraciones del día a Jesús, nuestro Salvador y Redentor, abrimos nuestros corazones para recibir su guía y fortaleza. Estas oraciones nos permiten entregar nuestras preocupaciones, alegrías y agradecimientos, confiando en que Él está siempre presente, escuchando nuestras peticiones y respondiendo con amor incondicional. A través de estas oraciones del día, buscamos crecer en nuestra relación con Jesús y acercarnos más a su divina presencia en cada aspecto de nuestras vidas.
Oración para comenzar el día
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Padre nuestro, que estás en los cielos, santificado sea tu nombre; venga tu reino; hágase tu voluntad, así en la tierra como en el cielo. Danos hoy el pan nuestro de cada día; perdona nuestras ofensas, así como nosotros perdonamos a los que nos ofenden; no nos dejes caer en tentación, y líbranos del mal.
Dios te salve, María, llena eres de gracia; el Señor es contigo; bendita tú eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.
Gloria al Padre, Gloria al Hijo y Gloria al Espíritu Santo. Como era en el principio ahora y siempre por los siglos de los siglos. Amén.
Gracias Jesús, por despertarme en este nuevo día. Dame vigor y alegría para servir con generosidad a mis hermanos. No permitas que el demonio apague el fuego de tu amor ahogándome en las aguas sucias del egoísmo, soberbia y pereza. Renuevo mi consagración viviendo con amor mis promesas bautismales. Dame tu santo espíritu para que sea hoy mi luz y fortaleza. Ayúdame, Jesús a No apartarme de ti para creer en el camino de la santidad. Amén.
Oraciones del mediodía
ANGELUZ
En el nombre del padre del hijo del espíritu santo amén.
V./ el Ángel del Señor anunció a María;
R./ Y concibió por obra el espíritu santo.
Dios te salve María…
V./ He aquí la esclava del Señor.
R./ Hágase en mí Según tu palabra.
Dios te salve María…
V./ Y el verbo se hizo carne.
R./ y habitó entre nosotros.
Dios te salve María…
V./ Ruega por nosotros más santa madre de Dios.
R./ Para que seamos dignos de alcanzar las promesas de nuestro señor Jesucristo.
Dios te salve María…
Oración
Derrama, señor, tu gracia sobre nuestros corazones, para que cuantos, hemos conocido, como por el anuncio del Ángel, la Encarnación de tu Hijo Jesucristo, lleguemos, por su pasión y su cruz, a la gloria de la resurrección. Por Jesucristo Nuestro Señor. Amén.
Tiempo Pascual
Regina Caoeli
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Reina del cielo, alégrate, Aleluya, porque Cristo, a quien llevaste en tu seno, Aleluya, ha resucitado, según su palabra, Aleluya.
Ruega al Señor por nosotros, Aleluya
Oración
¡Oh Dios!, que por la resurrección de tu Hijo, Nuestro señor Jesucristo, has llenado el mundo alegría, concédenos, por intersección de su Madre, la Virgen María, llegar a alcanzar los gozos eternos. Por nuestro señor Jesucristo. Amén
Bendición de los alimentos
Bendícenos, Señor, a nosotros y estos alimentos que estamos a punto de recibir de tu generosidad. Por Cristo Nuestro Señor. Amén
Acción de Gracias después de los alimentos
Te damos gracias, Dios Todopoderoso. Por todas tus bendiciones. Tú que vives y reinas por todos los siglos. Amén.
Oración de la noche
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Señor y Dios mío, a Ti encomiendo mi espíritu en estos momentos en que me dispongo a entregarme al descanso, Y una vez más declaro que creo y espero en Ti, que te amo sobre todas las cosas, Y prefiero perderlas todas antes que ofenderte. Yo te pido, Señor, nuevamente perdón de todos los pecados de mi vida con los que te he ofendido., Y, desde el fondo de mi corazón agradecido, te doy gracias por todos los favores conseguidos.
Entregándome el descanso y saberme en tus brazos nada temo, Señor, porque Tú eres mi Padre y velas por mi felicidad. Amén.