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Poderosas oraciones catolicas

Yo pecador: Reconozco mi imperfección

Yo, pecador», son las humildes palabras que abren el corazón y la conciencia de aquel que se enfrenta a su propia humanidad y fragilidad. Esta plegaria, tan sencilla pero cargada de significado, es el punto de partida de una reflexión profunda sobre nuestras acciones, errores y redenciones. Reconocerse como pecador es aceptar la propia imperfección y, al mismo tiempo, abrir la puerta a la esperanza y la posibilidad de transformación. En este viaje de autoconocimiento, nos encontramos con nuestras luces y sombras, pero también descubrimos el poder del perdón y la compasión. Así, al pronunciar estas palabras, nos sumergimos en la búsqueda de la reconciliación con nosotros mismos y con lo divino, encontrando en esta honestidad el camino hacia la redención y la renovación espiritual.

YO PECADOR

Yo confieso ante Dios Todopoderoso, y ante ustedes hermanos que he pecado mucho de pensamiento, palabra, obra y omisión. Por mi culpa, por mi culpa, por mi gran culpa. Por eso ruego a Santa María siempre Virgen, a los ángeles, a los santos y a ustedes hermanos, que intercedan por mí ante Dios, Nuestro Señor.

ACTO DE CONTRICIÓN

Jesús, mi Señor y Redentor, yo me arrepiento de todos los pecados que he cometido hasta hoy, y me pesa de todo corazón, porque con ellos ofendí a un Dios tan bueno. Propongo firmemente no volver a pecar y confío que por tu infinita misericordia me has de conceder el perdón de mis culpas y me has de llevar a la vida eterna. Amén

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