Evangelio de San Lucas:
En aquellos días, se levantó María y se fue con prontitud a la región montañosa, a una ciudad de Judá; entró en casa de Zacarías y saludó a Isabel.
Y sucedió que, en cuanto oyó Isabel el saludo de María, saltó de gozo el niño en su seno, e Isabel quedó llena de Espíritu Santo; y exclamando con gran voz, dijo: «Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu seno; y ¿de dónde a mí que la madre de mi Señor venga a mí?
Porque, apenas llegó a mis oídos la voz de tu saludo, saltó de gozo el niño en mi seno.
¡Feliz la que ha creído que se cumplirían las cosas que le fueron dichas de parte del Señor!»
Y dijo María: «Engrandece mi alma al Señor y mi espíritu se alegra en Dios mi salvador porque ha puesto los ojos en la humildad de su esclava, por eso desde ahora todas las generaciones me llamarán bienaventurada, porque ha hecho en mi favor maravillas el Poderoso, Santo es su nombre y su misericordia alcanza de generación en generación a los que le temen.
Desplegó la fuerza de su brazo, dispersó a los que son soberbios en su propio corazón.
Derribó a los potentados de sus tronos y exaltó a los humildes.
A los hambrientos colmó de bienes y despidió a los ricos sin nada.
Acogió a Israel, su siervo, acordándose de la misericordia- como había anunciado a nuestros padres – en favor de Abraham y de su linaje por los siglos.»
María permaneció con ella unos tres meses, y se volvió a su casa.
Palabra del Señor.
Reflexión por el Padre Gonzalo Gómez / sacerdote eudista CJM
El evangelio de hoy nos muestra el rostro de María Santísima. Esta mujer joven aproximadamente entre los 15 a 16 años cuando recibe el anuncio del Ángel y ella ha descubierto que es la amada de Dios, no la que tiene un privilegio sino la que ha sido Amada plenamente del Padre Celestial y le ha entregado una misión, ser la Madre de Jesús el hijo de Dios, El Salvador con el poder del Espíritu Santo.
¿Cómo reacciona María?, se coloca al servicio de la humanidad, empezando por casa, y por ello sube una montaña, se traslada a atender a una familiar suya a Isabel que era una mujer anciana casada con el sacerdote Zacarías, que en su ancianidad iban a tener un hijo, qué noticia tan grata, tan importante pero también era donde más cuidado se necesitaba.
Y allí llegó María, entró a ese hogar a transformar las relaciones de esa pareja pero ante todo en el silencio de esa habitación se proclamó una palabra que se convirtió en iglesia, que se convirtió en plegaria, que se convirtió en oración, que repetimos diariamente tú y yo cuando hacemos el Santo Rosario.
Cuando empezamos la plegaria que le dedicamos a María en esta oración estamos recordando las palabras en la intimidad que Isabel le dirigía a María, las respuestas de María que le dirigía a Dios a través del servicio; entonces la oración de Santo Rosario no es una rutina no es una costumbre está totalmente ungida con la gracia de Dios con El poder del servicio en favor de las personas.
La invitación acerca del Santo Rosario es que lo pudiéramos hoy aprender, que lo pudiéramos valorar y que este día que le dedicamos a la Virgen en el evangelio que hoy leemos, podamos hacer de la oración no una práctica sino hacer un compromiso, un empeño y que cada vez que proclamemos el Santo Rosario descubramos la grandeza que Dios ha hecho en María y que ha realizado en cada uno de nosotros.
Soy el Padre Gonzalo Gómez bendiciones para todos.