Evangelio de San Mateo:
Pedro se acercó entonces y le dijo: «Señor, ¿Cuántas veces tengo que perdonar las ofensas que me haga mi hermano? ¿Hasta siete veces?»
Dícele Jesús: «No te digo hasta siete veces, sino hasta setenta veces siete.»
«Por eso el Reino de los Cielos es semejante a un rey que quiso ajustar cuentas con sus siervos.
Al empezar a ajustarlas, le fue presentado uno que le debía 10.000 talentos.
Como no tenía con qué pagar, ordenó el señor que fuese vendido él, su mujer y sus hijos y todo cuanto tenía, y que se le pagase.
Entonces el siervo se echó a sus pies, y postrado le decía: «Ten paciencia conmigo, que todo te lo pagaré.»
Movido a compasión el señor de aquel siervo, le dejó en libertad y le perdonó la deuda.
Al salir de allí aquel siervo se encontró con uno de sus compañeros, que le debía cien denarios; le agarró y, ahogándole, le decía: «Paga lo que debes.»
Su compañero, cayendo a sus pies, le suplicaba: «Ten paciencia conmigo, que ya te pagaré.»
Pero él no quiso, sino que fue y le echó en la cárcel, hasta que pagase lo que debía.
Al ver sus compañeros lo ocurrido, se entristecieron mucho, y fueron a contar a su señor todo lo sucedido.
Su señor entonces le mandó llamar y le dijo: «Siervo malvado, yo te perdoné a ti toda aquella deuda porque me lo suplicaste.
¿No debías tú también compadecerte de tu compañero, del mismo modo que yo me compadecí de ti?»
Y encolerizado su señor, le entregó a los verdugos hasta que pagase todo lo que le debía.
Esto mismo hará con vosotros mi Padre celestial, si no perdonáis de corazón cada uno a vuestro hermano.»
Palabra del Señor
Reflexión por el Padre Gonzalo Gómez / sacerdote eudista CJM
Hoy Pedro toma la iniciativa y le hace a Jesús una pregunta, ¿Cuántas veces debo perdonar a mi hermano?. Pregunta fundamental que está en el corazón de cada uno de nosotros:-hasta dónde y cuántas veces tengo perdonar a la persona-, y él dice mi hermano; es decir con las personas que tenemos relaciones estrechas, vinculantes permanentes. Es fácil perdonar al de ocasión, al que hoy nos tropezó y nunca más vamos a volver a ver, al que hoy nos dijo una palabra desagradable y nunca la volvemos a escuchar.
Pero el hermano es el que hace convivencia, a ese es el que hay que perdonar y Jesús no responde en cuántas veces, es decir no importa la cantidad importa es la calidad; debemos preguntarnos ¿Cómo es la capacidad que yo tengo de perdonar?
Simplemente es un acto numérico ya te he perdonado y es la última vez y no lo puedes volver a hacer, o es un acto de calidad; descubrir delante de Dios que podemos mejorar porque cada vez que yo perdono también estoy descubriendo todo ese talento que el Padre Celestial está manifestando en cada momento, Y así se va creando una estructura de fraternidad; pero no simplemente es complacencia, es generar espacios de confianza, de crecimiento, de fortalecimiento, de vida nueva.
Ese es el talento que hoy se nos pide, lo importante es que a lo largo de esta jornada no pensemos ¿Cuántas veces perdoné? si no que pensemos como he perdonado a mi hermano, y desde allí encontremos un nuevo estilo de vida, una nueva manera de ser y por lo tanto, una manera fiel de permanecer delante de Dios.
Soy el Padre Gonzalo Gómez bendiciones para todos.